EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Acta de Sesiones de la Junta Económica – Administrativa de Colonia
11/04/1918
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23 – El Sr. Stella dice: Que tiene entendido que por moción del Edil Martínez, la Junta tiene resuelto designar una calle de esta ciudad con el nombre de Alberto Méndez a mérito de los importantes servicios prestados a la administración municipal, que como la resolución no se ha cumplido solicita, aquel cumplimiento a mérito de las siguientes consideraciones: Alberto Méndez en su amplia acción dejó en cada obra el fruto de su voluntad e inteligencia siempre puesta al servicio del bien y un recuerdo que obliga el reconocimiento de sus conciudadanos. Pasar la vida no haciendo mal, limitándonos a vivir, es el destino común de la generalidad, pero hacer de la vida algo más que un bien propio, orientándola en el bien colectivo es un virtud extraordinaria cuyo ejemplo debemos presentar en forma tangible a las generaciones futuras, para enseñar que los benefactores del interés común tienen un premio y que ese premio deber ser ejemplo estimulante para la acción grande y fecunda. Alberto Méndez no se limitó en la lucha de la vida a buscar la cosecha para su exclusivo bienestar, fue algo más que un vecino honesto y que un buen hijo, fue un ciudadano virtuoso que puso su inteligencia y sus sentimientos al servicio de la comunidad, que dio del fruto de sus obras, sin reservas egoístas toda la belleza de su fecundo resultado. Ser así, llegar al sacrificio de la propia personalidad por ideales superiores, es ser algo más que un vecino y un hijo honrado, es ser un benefactor, un ejemplo elevado y excepcionales virtudes. Cuando la pobreza azotaba su iniciación en la vida, él sacaba de la riqueza de su inteligencia motivos elevados de orientación y se entregaba con entusiasmo a dar el fruto del propio esfuerzo a la enseñanza de la niñez, tomando palabras de maestros primero en una modesta sección de campaña y luego en esta ciudad. En el ejercicio de esa difícil ennoblecedora tarea dejó en el corazón y en el cerebro de generaciones que lo recuerdan con cariño, toda la sabia de sus enseñanzas y morales. Ese fue su primer paso que no por ser el más modesto dejó de ser la base de su personalidad futura, fue el primer gesto de su idiosincrasia superior que indicaba la senda de triunfo que más tarde nos mostró la realidad.
En una época y en la lucha de nuestra política él puso su entusiasmo al servicio de lo que creyó más moral y útil y luego sin quebrar la lanza de su quijotismo, fue a ocupar a la Junta Económica Administrativa la modesta pero no fácil función del Municipio, puesto del que se puede decir fue, por su inteligencia y honrado consejo durante muchos años el alma de la Institución. Toda iniciativa de progreso del Municipio llevaba el sello de su acción inteligente y en su modestia nunca se oía de sus labios ni un elogio, ni una sola palabra de su intervención. Así prolongaba la obra fecunda iniciada en el magisterio, pero sintiendo que su espíritu necesitaba un vuelo más amplio busca en el periodismo nuevos motivos para su acción y entrega su intelecto y sus energías a la causa del bien público sirviendo desde las columnas de su periódico con altura los intereses colectivos. Desde las columnas de su periódico dio un día al país la voz de alarma contra el desconocimiento de la soberanía nacional sirviendo a nuestro Gobierno su alerta para llegar más tarde con el país hermano a un tratado de franca armonía sobre la jurisdicción de las aguas. Su gestión periodística tuvo en todos los instantes, aún en aquellos, en que las pasiones pueden desorientar al espíritu el sello de esa personalidad atrayente, simpática y bondadosa que conocimos en todas las manifestaciones de su franca y leal amistad. Inteligente, recto, bondadoso, no llevaban sus frases ningún veneno, ninguna intención oculta, obedecía como un mandato imperativo de su conciencia honrada y surgía la frase de su cerebro con la vida de su exquisito sentimentalismo.
Esta es través de mi pobre pensamiento la biografía rápida, ligera, de quien entregó su vida al provecho común de nuestro pueblo y cuyo recuerdo con el hondo afecto que provoca, dice más que este elogio sincero, no tan digno como la memoria de Alberto Méndez, como lo deseaba al pretender interpretar el alma de esta Colonia a la que él tanto amara y viera grande en su románticas enseñanzas de hombre amante del progreso. Por todos estos fundamentos someto a la consideración de esta Honorable Junta el siguiente proyecto de resolución: Artículo primero: Desígnase con el nombre de Alberto Méndez la calle Palmira de esta ciudad. Artículo segundo: Facúltase a la Mesa para la redacción de la ordenanza respectiva. Así se resuelve.
LA JUNTA ECONÓMICA – ADMINISTRATIVA DE COLONIA
DISPONE:
Artículo 1º. Desígnase con el nombre de Alberto Méndez la calle Nueva Palmira de esta ciudad.
Artículo 2º. Públiquese e insértese en el Libro de Decretos.
Sala de Sesiones de la Junta Económica – Administrativa de Colonia a los once días del mes de abril de mil novecientos dieciocho.
CARLOS LAYOLO, Presidente.
WASHINGTON TORRES, Secretario.