Colonia, 14 de noviembre de 2010.
Señor Presidente de la Junta Departamental
Don Roberto Calvo
Presente.
De conformidad con el Inciso 31 del Artículo 19 de la Ley N° 9.515 (Ley Orgánica Municipal) corresponde a esta Junta Departamental la determinación de la nomenclatura de las calles y la modificación de la misma.
Atendiendo a lo expresado, los suscritos remiten a esa Corporación el proyecto adjunto, para consagrarle al recuerdo del Dr. Enrique Tarigo una calle en la ciudad de Juan Lacaze.
Exposición de motivos
Abogado, profesor universitario, político y periodista, el Dr. Enrique E. Tarigo Vázquez nació en Montevideo el 15 de septiembre de 1927.
Obtuvo su título de Doctor en Derecho en el año 1953, y fue profesor de Derecho Procesal en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República (UDELAR). En 1974 le ofrecieron en dicha casa de estudios -para no dárselo a otro profesor, militante del Partido Comunista- un cargo que no le correspondía, pero Tarigo no lo aceptó y renunció a la Facultad presentando al Consejo de la misma una carta que fue publicada en el Diario “El Día”. El texto generó cierta agitación en la mencionada casa de estudios, renunciando gran parte de los profesores, lo que provocó la destitución del decano interventor.
Fue esa carta lo que movió a la Dirección de “El Día” a invitarlo a escribir en sus páginas, y fue entonces cuando inició su carrera de Periodismo Político. Perteneciente al Partido Colorado, hasta ese entonces había tenido muy escasa actividad partidaria.
Posteriormente comenzó a escribir, también, una columna de Opinión en la revista uruguaya Noticias, hasta que en 1980 la Dirección Nacional de Relaciones Públicas (DINARP) presionó duramente al propietario de la revista, de nacionalidad italiana, para que no se editaran notas contrarias a la Reforma de la Constitución propuesta entonces por el gobierno dictatorial.
Un día, la Dirección resolvió no publicar una nota suya, y Tarigo, luego de intentar que se reviera la situación, se retiró. Junto con él renunciaron varios compañeros de la revista, y entre ellos nació la idea de lanzar una publicación. Surgió entonces la posibilidad de editar un semanario, al que llamaron “Opinar”, para pelear contra el proyecto de reforma, siendo Tarigo su director y Juan Martín Posadas, Danilo Astori y Luis Alberto Lacalle, entre otros, sus columnistas. Su primera edición, el 30 de octubre de 1980, fue prohibida por la Policía, que se incautó de casi la totalidad de los ejemplares.
Pacifista por temperamento, no era de los que pensaban que la implacable dictadura era, además, imbatible. El año 1980 implicó un cambio esencial en la vida del Dr. Tarigo, ya que el papel que desempeñó en aquel entonces lo llevó a ser, imprevistamente, una de las figuras más conocidas de la oposición a la reforma constitucional y al gobierno militar. El 14 de noviembre, un canal de televisión de Montevideo propuso un debate -una modalidad que no se utilizaba hacía más de siete años- entre representantes de la dictadura y fuerzas de la oposición. El coronel y abogado Néstor Bolentini, y el también abogado y consejero de Estado, Enrique Viana Reyes, representaron a aquella; el nacionalista Eduardo Pons Etcheverry y Tarigo, a éstas. La derrota dialéctica sufrida por los primeros, fue histórica.
El Semanario “Opinar” se opuso vigorosamente a la dictadura a pesar de las amenazas de cierre, convirtiéndose en un medio de prensa que desempeñó un importante rol en la campaña que rechazó el proyecto de Reforma Constitucional impulsado por el gobierno militar y plebiscitado el 30 de noviembre de 1980, donde logró un gran triunfo la papeleta por el NO.
Iniciado el lento camino hacia la apertura democrática, en el año 1982 encabezó su propia lista en las Elecciones Internas, la Lista ACE, de Montevideo, con el sublema que más tarde sería ampliamente conocido: “Libertad y Cambio”, y que nucleaba entre otros a Ope Pasquet, Alfredo Traversoni y Américo Ricaldoni.
Un año más tarde, en 1983, fue el encargado de redactar -junto al Dr. Gonzalo Aguirre, del Partido Nacional- la inolvidable proclama “Por un Uruguay democrático sin exclusiones”, texto de firme oposición a la dictadura que, en un multitudinario e histórico acto que se celebró junto al Obelisco a los Constituyentes del Año 1930, en Montevideo, embargara de emoción a toda la Nación al ser leído por el actor Alberto Candeau.
Como delegado del Partido Colorado participó en las negociaciones llevadas a cabo por las fuerzas políticas con los militares en busca de una vía de salida democrática, la que se concretó con las elecciones de 1984. No otra cosa que la fe en el futuro era lo que impulsaba al Dr. Tarigo a mantener ese manifiesto enfrentamiento con el gobierno de facto, oponiéndose desde siempre a las arremetidas de la dictadura. Supo decir “NO” al yugo de la ignominia, cuando los derechos humanos por los que su Partido Colorado y el Batllismo tanto habían luchado eran pisoteados, y supo decir “SÍ” cuando debió aceptar la nada fácil tarea de integrar una fórmula presidencial que, era sabido, tendría una labor titánica por delante. Candidato a Vicepresidente en la fórmula presidencial colorada junto al Dr. Julio María Sanguinetti en 1984, presentó, en esa oportunidad, su propia plancha a la Cámara de Representantes en la Lista 85, “Libertad y Cambio”, integrada por quienes lo habían acompañado en las elecciones internas de 1982, con la que obtuvo cinco bancas por Montevideo.
En 1989 debió ceder su aspiración de ser candidato a la Presidencia de la República al ser superado en las Elecciones Internas del Batllismo por el Dr. Jorge Batlle, hecho que produjo una inflexión en su vida y lo llevó a alejarse entonces de la actividad política. Obtuvo, en esa oportunidad, una banca en el Senado, pero luego de una breve actuación renunció a la misma.
Durante los años 1992 y 1993 ocupó el cargo de Director del diario “El Día”, que había fundado Don José Batlle y Ordóñez en el año 1886, también en oposición a una dictadura, la del Gral. Máximo Santos. En su desempeño como periodista, de igual manera que en tantas otras facetas de su vida, su entusiasmo capital fue el del bien público, y todas sus acciones, iniciativas y decisiones, en los distintos escenarios en los que actuó a lo largo de su proficua vida, velan hoy desde las páginas de la prensa libre.
Tras un corto desempeño como Embajador de Uruguay en España entre 1995 y 1999, retornó al país para volver a la docencia, su principal vocación, a la que se dedicó hasta su muerte que tuvo lugar en Montevideo el 14 de diciembre de 2002.
Tal vez el gesto adusto, serio, con que se lo veía habitualmente se debió al sólido talento que inspiró su vida y a las virtudes de su carácter, pero lo cierto es que el Dr. Enrique Tarigo ha dejado una traza en la vida política y social uruguaya difícil de ser superada, y ello se debe al decoro y a la dignidad que animaron sus actos.
La tarea del Dr. Tarigo no estuvo dada sólo por un fuerte rechazo a todo tipo de abuso y apostasía hacia la Constitución y las leyes, sino también por un impulso liberador que realizó innovaciones políticas de envergadura, que se tradujo en importantes conquistas cívicas y sociales, que laudó un conflicto entre hermanos, que permitió la restauración de la libertad de prensa y el renacimiento de la Justicia Social en nuestro país.
Al término de las dos décadas en que actuó, con mayor o menor responsabilidad, en las esferas del Estado, su nombre ha quedado indeleblemente vinculado a trascendentes iniciativas que confluyeron para hacer de nuestro país, a lo largo del tiempo, un crisol de generosidad, un conjunto de instituciones nobles y una democracia íntegra.
Lejos del ánimo de los ediles firmantes está la eventualidad de abrir un debate político, porque descarta el hecho de que, con seguridad, los ciudadanos que integran esta Corporación tienen el temple, la apertura intelectual y la amplitud de espíritu republicano que son necesarios para reconocer la grandeza de aquellos hombres que han dejado la poderosa impronta de su talento, independientemente del partido político al que pertenezcan.
Y es que, lejos de ser patrimonio exclusivo de la colectividad política en la que actuó con tanto destaque, la excelsa personalidad del Dr. Enrique Tarigo, la grandeza de sus principios, la generosidad de sus ideas y la dignidad puesta de manifiesto para llevarlas a cabo, le confieren un indiscutible perfil nacional, porque es claro que la historia misma se desarrolla a pesar de los intereses y de las pasiones de los hombres que la hacen.
Es aspiración, pues, de los ediles firmantes, que la memoria del Dr. Tarigo perdure en la historia de nuestro departamento toda vez que éste mantenga su inquebrantable voluntad de participar con todas sus fuerzas contra cualquier tipo de tiranía, enarbolando la bandera de la igualdad, de la fe en el futuro y del espíritu de amor hacia la libertad. NIBIA REISCH, Edil Departamental – GABRIEL GABBIANI, Edil Departamental (S).
Decreto 025/2017
LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE COLONIA
DECRETA:
Artículo 1º. DESIGNAR con el nombre de “Dr. Enrique Tarigo” a la calle República Argentina que fuera conocida como Avenida Del Puerto, de la ciudad de Juan Lacaze.
Artículo 2º. Dar cuenta e insertar en el Registro Informático de la Junta Departamental.
SALA DE SESIONES de la Junta Departamental de Colonia a veintinueve de junio de dos mil diecisiete.
Dr. MARIO COLMAN GIRIBONI, Presidente.
CLAUDIA MACIEL RAIMONDO, Secretaria General.
Publicado Diario Oficial Nº 29.749 de 27/07/2017.