Carmelo, marzo 20 de 2002.
Sr. Presidente de la Junta Deptal. de Colonia
Dr. ROBERTO CALVO
PRESENTE.
Dr. ROBERTO CALVO
PRESENTE.
De mi consideración:
Adjunto a la presente remito a Usted Proyecto de Decreto con su exposición de motivos correspondiente, solicitándole se sirva darle el trámite pertinente.
Saluda atentamente, Dr. MIGUEL M. ASQUETA, Edil Departamental.
Adjunto a la presente remito a Usted Proyecto de Decreto con su exposición de motivos correspondiente, solicitándole se sirva darle el trámite pertinente.
Saluda atentamente, Dr. MIGUEL M. ASQUETA, Edil Departamental.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS:
VASCOS. Sustantivo y adjetivo al mismo tiempo. El primero para nombrar al Pueblo que desde tiempos inmemoriales vive “cabalgando los Pirineos Occidentales”, mojando sus pies en el Cantábrico, y llegando a apoyar su cabeza en las fértiles llanuras del Ebro. El segundo para calificar con su simple enunciado a una raza de hombre y mujeres nobles, libres, rectos en su proceder, esforzados trabajadores, amantes de su tierra o, lo que es más, de “la tierra de sus hijos”, que los convertía – al ausentarse de la propia -, en fervientes defensores del suelo que los acogía, Patria Nueva de esos hijos. Esta última cualidad, sin duda, los erigió en pilar fundamental cuando de formar la Nación Oriental al Río Uruguay se trataba.
Vale como ejemplo que el propio fundador de la misma, don José G. Artigas, descendía de vascos.
La inmigración vascongada tuvo fuerte expresión geográfica en nuestra región (suroeste del país) donde se amalgamaban la fértil tierra, la cercanía del gran río y el surgimiento de prósperas poblaciones en las que ellos imprimían su típico sello.
Vayamos a la evolución histórica de Carmelo. Haciendo un muy sumario análisis, en la carta a la autoridad Virreinal de 1798 enviada por los pobladores del malogrado pueblo De Las Víboras para mejorar su futuro, aparecen como firmantes los vascos Leguizamón, De Arna, Azurra. En 1815 se dirigen a Artigas solicitando mudar la población Torres Leyva, Sierra, Zepeda – entre otros – y luego de la fundación, los también vascos Francisco Rodríguez Landívar, Isidoro Rodríguez Leguízamo y el Coronel Ignacio Barrios se convierten en pilares del naciente poblado.
Más acá en el tiempo, en los años de real progreso (construcción de plazas, Puente Giratorio, instalación de Agro industrias, comercios, etc.) tienen activa participación hombres mujeres de sangre vasca como Sáenz, Barrios, Iriarte, Laforte, Saint Girons, Irurtia, Loyola, Salaverría, Ugarte, Zubillaga, Leiva, Arribillaga, Aguerrizábal, Arispe, Insaurgarat, Landaburu, Aragone, Recarte, Zagarzazú, Irurueta, Salaburu, Aicardi, entre otros…
Luego los Iribarren, Indart, Mortalena, Lezama, Villegas Zúñiga, Alvariza, Sabalsagaray…
Hacia la 2ª mitad del S. XX, con la modernización, la educación, el arte y las letras, la cultura en general, el respeto por las tradiciones gauchas y fundacionales, es que se suman otros vascos como Iraola, Ariztia, Aramburu, Carpy, Figueredo, Noaín, Sarachu, Beramendi, Alza, Ibaldi, Jorajuría, Elizalde, Asqueta, Bacigalupe, Leiza, Isoco, Beraza, Ciganda, Querejeta, Forets, Aznárez…
Es hasta el día de hoy que resuenan en nuestras calles apellidos vascos como Arbeleche, Etchebehere, Ochoa, Iturburúa, Gabarrot, Bizcaizacú, Zubizarreta, Igoa, Lerga…
La lista sería interminable y probablemente hayan quedado más afuera que los nombrados, pero quiso ser un ejemplo de la importancia socio – cultural de esa inmigración en nuestra ciudad.
Es por los motivos expuestos que creemos de estricta justicia que un espacio público recuerde a los pioneros que marcaron una impronta indeleble, y no es casual que solicitemos que el mismo sea el existente entre las Plazas “De La Madre” y “De Las Naciones”, simbolizando una el vientre fecundo que nos da origen y la otra, la propia nacionalidad aquí exaltada.
Vale como ejemplo que el propio fundador de la misma, don José G. Artigas, descendía de vascos.
La inmigración vascongada tuvo fuerte expresión geográfica en nuestra región (suroeste del país) donde se amalgamaban la fértil tierra, la cercanía del gran río y el surgimiento de prósperas poblaciones en las que ellos imprimían su típico sello.
Vayamos a la evolución histórica de Carmelo. Haciendo un muy sumario análisis, en la carta a la autoridad Virreinal de 1798 enviada por los pobladores del malogrado pueblo De Las Víboras para mejorar su futuro, aparecen como firmantes los vascos Leguizamón, De Arna, Azurra. En 1815 se dirigen a Artigas solicitando mudar la población Torres Leyva, Sierra, Zepeda – entre otros – y luego de la fundación, los también vascos Francisco Rodríguez Landívar, Isidoro Rodríguez Leguízamo y el Coronel Ignacio Barrios se convierten en pilares del naciente poblado.
Más acá en el tiempo, en los años de real progreso (construcción de plazas, Puente Giratorio, instalación de Agro industrias, comercios, etc.) tienen activa participación hombres mujeres de sangre vasca como Sáenz, Barrios, Iriarte, Laforte, Saint Girons, Irurtia, Loyola, Salaverría, Ugarte, Zubillaga, Leiva, Arribillaga, Aguerrizábal, Arispe, Insaurgarat, Landaburu, Aragone, Recarte, Zagarzazú, Irurueta, Salaburu, Aicardi, entre otros…
Luego los Iribarren, Indart, Mortalena, Lezama, Villegas Zúñiga, Alvariza, Sabalsagaray…
Hacia la 2ª mitad del S. XX, con la modernización, la educación, el arte y las letras, la cultura en general, el respeto por las tradiciones gauchas y fundacionales, es que se suman otros vascos como Iraola, Ariztia, Aramburu, Carpy, Figueredo, Noaín, Sarachu, Beramendi, Alza, Ibaldi, Jorajuría, Elizalde, Asqueta, Bacigalupe, Leiza, Isoco, Beraza, Ciganda, Querejeta, Forets, Aznárez…
Es hasta el día de hoy que resuenan en nuestras calles apellidos vascos como Arbeleche, Etchebehere, Ochoa, Iturburúa, Gabarrot, Bizcaizacú, Zubizarreta, Igoa, Lerga…
La lista sería interminable y probablemente hayan quedado más afuera que los nombrados, pero quiso ser un ejemplo de la importancia socio – cultural de esa inmigración en nuestra ciudad.
Es por los motivos expuestos que creemos de estricta justicia que un espacio público recuerde a los pioneros que marcaron una impronta indeleble, y no es casual que solicitemos que el mismo sea el existente entre las Plazas “De La Madre” y “De Las Naciones”, simbolizando una el vientre fecundo que nos da origen y la otra, la propia nacionalidad aquí exaltada.
LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE COLONIA
ACUERDA Y DECRETA:
Artículo 1º. DESÍGNASE con el nombre de PASAJE DE LOS VASCOS al tramo peatonal del ancho de la calzada y el largo de una cuadra, que divide las plazas conocidas como “De La Familia” y “De Las Naciones” en la ciudad de Carmelo.
Artículo 2º. Comuníquese e insértese en el Libro de Decretos de la Junta Departamental.
SALA DE SESIONES de la Junta Departamental de Colonia a diez de mayo de dos mil dos.
Dr. ROBERTO CALVO, Presidente.
GLADYS MARTÍNEZ, Secretaria General.
Publicado Diario Oficial Nº 26.095 de 18/09/2002