Carmelo, 19 de noviembre de 1999.
DIONISIO DÍAZ
EL PEQUEÑO HEROE DEL ARROYO DE “EL ORO”
“Morir por amor al hombre no es morir, es perdurar”
Dionisio Díaz nació el 9 de mayo de 1920 y murió el 9 de mayo de 1929, en el departamento de Treinta y Tres.
“Era de complexión fuerte, rubio, con los cabellos ensortijados. “El Natita – le decían algunos cariñosamente, refiriéndose a su naricilla bien dibujada, pero un tanto saliente y de fosas un poco anchas”.
“Sus cabellos cortos dejaban ver una frente ancha de suave redondez, un poco saliente como para cobijar los ojos grandes y expresivos……” “Su boca ligeramente abultada, de un fresco color rosa, contrastaba y daba realce a la palidez que se transparentaba a través de su tez dorada por los vientos y por el sol”.
“Era hijo de un padre que tuvo fama de valiente y audaz, hombre de genuina idiosincrasia gaucha, obedeciendo las órdenes de patrones y capataces. De ese padre heredó, sin duda, el niño su coraje físico y su extraordinaria fuerza espiritual. Y su madre de hondo apego a la tierra y el amor a las cosas de la naturaleza. Pero además poseía Dionisio una sensibilidad y un sentido de lo bello, extraños ciertamente en aquel medio rudo, donde la difícil y constante lucha por la subsistencia obstruían todo impulso de florecimiento espiritual.
Quien sabe de que lejano ascendiente veníanle a nuestro pequeño héroe aquellas cualidades superiores que enriquecen su alma.
Pero la verdad es que ellas integraban la esencia misma de su ser, y eran por lo tanto genuinos atributos de su personalidad excepcional”.
“Dionisio Díaz vivió su fugaz existencia siempre en el lugar que lo vio nacer”.
“Era de complexión fuerte, rubio, con los cabellos ensortijados. “El Natita – le decían algunos cariñosamente, refiriéndose a su naricilla bien dibujada, pero un tanto saliente y de fosas un poco anchas”.
“Sus cabellos cortos dejaban ver una frente ancha de suave redondez, un poco saliente como para cobijar los ojos grandes y expresivos……” “Su boca ligeramente abultada, de un fresco color rosa, contrastaba y daba realce a la palidez que se transparentaba a través de su tez dorada por los vientos y por el sol”.
“Era hijo de un padre que tuvo fama de valiente y audaz, hombre de genuina idiosincrasia gaucha, obedeciendo las órdenes de patrones y capataces. De ese padre heredó, sin duda, el niño su coraje físico y su extraordinaria fuerza espiritual. Y su madre de hondo apego a la tierra y el amor a las cosas de la naturaleza. Pero además poseía Dionisio una sensibilidad y un sentido de lo bello, extraños ciertamente en aquel medio rudo, donde la difícil y constante lucha por la subsistencia obstruían todo impulso de florecimiento espiritual.
Quien sabe de que lejano ascendiente veníanle a nuestro pequeño héroe aquellas cualidades superiores que enriquecen su alma.
Pero la verdad es que ellas integraban la esencia misma de su ser, y eran por lo tanto genuinos atributos de su personalidad excepcional”.
“Dionisio Díaz vivió su fugaz existencia siempre en el lugar que lo vio nacer”.
Su familia estaba compuesta: por el abuelo JUAN DIAZ, una persona introvertida con carácter raro e inaccesible; el tío Eduardo Fasciolo, hijastro de Juan Díaz. Fue el que brindó cariño y ternura a la infancia de Dionisio; la madre cuyo nombre era María, hija de don Juan, viuda de 27 años tenía un temperamento dócil y sentía mucho afecto por su hermanastro Eduardo.
Vivía en una de las viviendas con sus dos hijos: Dionisio que en el día de la tragedia cumplía 9 años y la pequeña Marina que tenía alrededor de 1 año, ella nació de la unión de María con Luis Ramos.
Éste era hijo del eterno rival de Juan Díaz, que los había separado toda la vida. Esa rivalidad se prolongó a través de la muerte del padre al que había jurado odiarlo para siempre.
El abuelo de Dionisio no podía resignarse a aceptar al hijo de su contrincante como su futuro yerno. Éste era un hombre pacífico, laborioso y reposado que no tomaba en serio la rivalidad de los dos viejos.
La familia Díaz estaba radicada en dos ranchos, junto a las costas del arroyo de “El Oro”, como afluente del arroyo “Parao” y éste a su vez del río Cebollatí. Los dos ranchos, que servían de galpón, detrás del cual estaba el pequeño chiquero de terneros y más allá el que servía de vivienda. En frente el galpón de paja y barro que servía de cocina con su glorieta florida. Aquí la casilla del perro, más allá un lindo gallinero y detrás del rancho nuevo una pequeña huerta cercada de chilcas y palo a pique, todo obra ciudadosa de Eduardo en que había volcado parte de su lama de artista rural”.
Vivían a unos 5 Kms. o más de Pueblo de El Oro. Pero la tranquilidad de la vida campesina que iba, transcurriendo normalmente se vio alterada por la idea fija del odio que sentía el Abuelo por la familia Ramos.
Se hizo hosco, se concentraba en sí mismo y apenas hablaba a no ser con Dionisio. Hasta que llegó la noche trágica del 8 de mayo de 1929, fría y oscura, sumergida en un silencio absoluto. En ese momento estalla la ira del Abuelo primeramente descarga su golpe mortal con un cuchillo contra su hija María.
Dionisio que presentía el desenlace y a su vez observó cuando el Abuelo se dirigió a la habitación de María, que dormía junto a Marina. Un grito la despertó.
Cuando el viejo se hallaba ante ella con el cuchillo en la mano, el niño dio un salto y se interpuso para desviar la puñalada…. “A mamita, no! “Tata! Gritó María “Al gurí no”. El gurí ya estaba herido en un brazo, la lucha continúa y madre e hijo quieren salvar mutuamente sus vidas. María cae exhausta y Dionisio es herido nuevamente en la ingle y el vientre.
En aquella oscuridad entra Eduardo, el tío; no podía comprender qué sucedía, pero al encontrarse frente al viejo empuñando el cuchillo; trató de contenerlo, trabándose en la lucha, saliendo al patio bajo un parral, donde se confundían las sombras de los hombres. El tío fue herido profundamente. “¡Para todos!” había oído el gurí. Instantáneamente miró para la cuna dónde dormía su hermanita y corrió a levantarla, provocando un fuerte dolor en sus heridas, pero eso no disminuía sus fuerzas y su propósito de salvarla, hecho heroico que lo levaría a la inmortalidad.
Se refugió con ella en la pieza del tío Eduardo. “Cerró la puerta inferior y dejó la parte superior entreabierta debido a los intensos dolores que sentía”.
El niño permaneció en silencio hasta que escuchó, la voz de su tío que le pedía que abriera la puerta, estaba muy mal herido le dijo al sobrino, hizo como un testamento verbal diciendo que el dinero era para el chico y que le dejaba el apero y el cuchillo… y murió. Los dos niños quedaron solos hasta la madrugada del día 9 de mayo.
Se vendó al herida del abdomen con un trozo de sábana, reunió un poco de las ropillas de la pequeña, besó las heladas frentes de la madre y del tío y abandonando los ranchos se encaminó hacia la Comisaría de El Oro 2ª Sección del Departamento de Treinta y Tres. Más de 5 Kms. lo separaban del local policial. En el trayecto había que cruzar cañadas, pajonales y montes. Ardía en fiebre y se sentía cada vez más débil, pero sin perder jamás el ánimo llegó a la Comisaría. Ante los estupefactos funcionarios que corrieron a su encuentro, dijo sencillamente: Abuelito está loco, anoche mató a mi madre y a mi tío. Yo pude salvar a mi hermana y la traigo para que ustedes me la cuiden bien, porque estoy muy cansado y necesito tomar agua y dormir.
Llamaron en seguida a un médico a Vergara que era del pueblo más cercano. Éste diagnosticó peritonitis y de inmediato fue llevado a la ciudad de Treinta y Tres. Todo fue en vano, porque el pequeño falleció en el viaje diciendo “Cuiden a mi hermanita, no dejen que la vea el Abuelo”.
Y su ejemplar hazaña se cuenta con admiración y orgullo hasta en los más apartados rincones de la tierra oriental. De esta manera pasó a la inmortalidad el heroico criollito de EL ORO.
En la actualidad hay Escuelas Públicas que llevan su nombre. Lo han llevado a la pluma los poetas.
En la Plaza Colón de Treinta y Tres se ha levantado un monumento a su memoria, cuya ejecución fue encomendada a Belloni, se inauguró en 1953.
Este fue el homenaje más emotivo porque se debe a la niñez del Uruguay. Para levantar dicho monumento a su memoria los niños de las Escuelas Públicas y Privadas de todo el país aportaron “sus cuotas de 5 centésimos”.
En el año 1972, la Dirección Nacional de Correos emitió un sello de $10 Imprenta Nacional en la cantidad de 3 millones de ejemplares.
En el país equipos infantiles de fútbol llevan su nombre, etc..
Cuando se conmemoró el cincuentenario de la tragedia de El Oro, por iniciativa del Rotary Club de Montevideo y con la aprobación de Educación Primaria se inició en el país por obra de niños, la plantación de árboles “Dionisio Díaz”. “La idea inspiradora es que no quede un solo pequeño oriental que en el Año Internacional del Niño no haya dejado en tierra el retoño de un árbol que se constituya en un recuerdo perenne del pequeño Dionisio”.
El Año Internacional del Niño fue aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1976. Correspondió al Dr. Camilo Fabini, socio del Rotary Club de Montevideo, en aquel entonces la maravillosa idea en un foro Internacional de UNESCO en París. Finalmente las Naciones Unidas lo consagran como programa a ser puesto en marcha en el entero, en 1979.
En el año 1999 recordando el 70 aniversario de la desaparición física de Dionisio Díaz, es nuestro anhelo perdurar su hazaña, con su inmortal nombre a la Plaza de las Lomas de Carmelo, para que cada niño que en ella participe en sus juegos, cuidados y arreglos se represente en sus actitudes al pequeño héroe del Arroyo de El Oro.
Vivía en una de las viviendas con sus dos hijos: Dionisio que en el día de la tragedia cumplía 9 años y la pequeña Marina que tenía alrededor de 1 año, ella nació de la unión de María con Luis Ramos.
Éste era hijo del eterno rival de Juan Díaz, que los había separado toda la vida. Esa rivalidad se prolongó a través de la muerte del padre al que había jurado odiarlo para siempre.
El abuelo de Dionisio no podía resignarse a aceptar al hijo de su contrincante como su futuro yerno. Éste era un hombre pacífico, laborioso y reposado que no tomaba en serio la rivalidad de los dos viejos.
La familia Díaz estaba radicada en dos ranchos, junto a las costas del arroyo de “El Oro”, como afluente del arroyo “Parao” y éste a su vez del río Cebollatí. Los dos ranchos, que servían de galpón, detrás del cual estaba el pequeño chiquero de terneros y más allá el que servía de vivienda. En frente el galpón de paja y barro que servía de cocina con su glorieta florida. Aquí la casilla del perro, más allá un lindo gallinero y detrás del rancho nuevo una pequeña huerta cercada de chilcas y palo a pique, todo obra ciudadosa de Eduardo en que había volcado parte de su lama de artista rural”.
Vivían a unos 5 Kms. o más de Pueblo de El Oro. Pero la tranquilidad de la vida campesina que iba, transcurriendo normalmente se vio alterada por la idea fija del odio que sentía el Abuelo por la familia Ramos.
Se hizo hosco, se concentraba en sí mismo y apenas hablaba a no ser con Dionisio. Hasta que llegó la noche trágica del 8 de mayo de 1929, fría y oscura, sumergida en un silencio absoluto. En ese momento estalla la ira del Abuelo primeramente descarga su golpe mortal con un cuchillo contra su hija María.
Dionisio que presentía el desenlace y a su vez observó cuando el Abuelo se dirigió a la habitación de María, que dormía junto a Marina. Un grito la despertó.
Cuando el viejo se hallaba ante ella con el cuchillo en la mano, el niño dio un salto y se interpuso para desviar la puñalada…. “A mamita, no! “Tata! Gritó María “Al gurí no”. El gurí ya estaba herido en un brazo, la lucha continúa y madre e hijo quieren salvar mutuamente sus vidas. María cae exhausta y Dionisio es herido nuevamente en la ingle y el vientre.
En aquella oscuridad entra Eduardo, el tío; no podía comprender qué sucedía, pero al encontrarse frente al viejo empuñando el cuchillo; trató de contenerlo, trabándose en la lucha, saliendo al patio bajo un parral, donde se confundían las sombras de los hombres. El tío fue herido profundamente. “¡Para todos!” había oído el gurí. Instantáneamente miró para la cuna dónde dormía su hermanita y corrió a levantarla, provocando un fuerte dolor en sus heridas, pero eso no disminuía sus fuerzas y su propósito de salvarla, hecho heroico que lo levaría a la inmortalidad.
Se refugió con ella en la pieza del tío Eduardo. “Cerró la puerta inferior y dejó la parte superior entreabierta debido a los intensos dolores que sentía”.
El niño permaneció en silencio hasta que escuchó, la voz de su tío que le pedía que abriera la puerta, estaba muy mal herido le dijo al sobrino, hizo como un testamento verbal diciendo que el dinero era para el chico y que le dejaba el apero y el cuchillo… y murió. Los dos niños quedaron solos hasta la madrugada del día 9 de mayo.
Se vendó al herida del abdomen con un trozo de sábana, reunió un poco de las ropillas de la pequeña, besó las heladas frentes de la madre y del tío y abandonando los ranchos se encaminó hacia la Comisaría de El Oro 2ª Sección del Departamento de Treinta y Tres. Más de 5 Kms. lo separaban del local policial. En el trayecto había que cruzar cañadas, pajonales y montes. Ardía en fiebre y se sentía cada vez más débil, pero sin perder jamás el ánimo llegó a la Comisaría. Ante los estupefactos funcionarios que corrieron a su encuentro, dijo sencillamente: Abuelito está loco, anoche mató a mi madre y a mi tío. Yo pude salvar a mi hermana y la traigo para que ustedes me la cuiden bien, porque estoy muy cansado y necesito tomar agua y dormir.
Llamaron en seguida a un médico a Vergara que era del pueblo más cercano. Éste diagnosticó peritonitis y de inmediato fue llevado a la ciudad de Treinta y Tres. Todo fue en vano, porque el pequeño falleció en el viaje diciendo “Cuiden a mi hermanita, no dejen que la vea el Abuelo”.
Y su ejemplar hazaña se cuenta con admiración y orgullo hasta en los más apartados rincones de la tierra oriental. De esta manera pasó a la inmortalidad el heroico criollito de EL ORO.
En la actualidad hay Escuelas Públicas que llevan su nombre. Lo han llevado a la pluma los poetas.
En la Plaza Colón de Treinta y Tres se ha levantado un monumento a su memoria, cuya ejecución fue encomendada a Belloni, se inauguró en 1953.
Este fue el homenaje más emotivo porque se debe a la niñez del Uruguay. Para levantar dicho monumento a su memoria los niños de las Escuelas Públicas y Privadas de todo el país aportaron “sus cuotas de 5 centésimos”.
En el año 1972, la Dirección Nacional de Correos emitió un sello de $10 Imprenta Nacional en la cantidad de 3 millones de ejemplares.
En el país equipos infantiles de fútbol llevan su nombre, etc..
Cuando se conmemoró el cincuentenario de la tragedia de El Oro, por iniciativa del Rotary Club de Montevideo y con la aprobación de Educación Primaria se inició en el país por obra de niños, la plantación de árboles “Dionisio Díaz”. “La idea inspiradora es que no quede un solo pequeño oriental que en el Año Internacional del Niño no haya dejado en tierra el retoño de un árbol que se constituya en un recuerdo perenne del pequeño Dionisio”.
El Año Internacional del Niño fue aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1976. Correspondió al Dr. Camilo Fabini, socio del Rotary Club de Montevideo, en aquel entonces la maravillosa idea en un foro Internacional de UNESCO en París. Finalmente las Naciones Unidas lo consagran como programa a ser puesto en marcha en el entero, en 1979.
En el año 1999 recordando el 70 aniversario de la desaparición física de Dionisio Díaz, es nuestro anhelo perdurar su hazaña, con su inmortal nombre a la Plaza de las Lomas de Carmelo, para que cada niño que en ella participe en sus juegos, cuidados y arreglos se represente en sus actitudes al pequeño héroe del Arroyo de El Oro.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
Evocación de la tragedia de El Oro de Serafín J. García.
Romance de Dionisio Díaz de Serafín J. García.
Pequeño Dionisio – Programa Multimedios de Apoyo a las Escuelas Rurales Nº 37.
El pequeño héroe del Arroyo de El Oro. José Flores Sánches (Pedro de Santillana).
Suplemento completo de el diario “El País” del 9 de mayo de 1979.
Revista Charoná, del 31 de mayo de 1972.
Exaltación del Niño héroe. Publicación del diario “El Día”.
Publicaciones del Dr. Pedro Freire.
El último testigo del Arroyo de El Oro Diario El País (mayo de 1979).
Mi Patria. Libro de Lectura para 5º y 6º año para las Escuelas Primarias por Roberto Abadie Soriano (autorizado con fecha 9 de mayo de 1980).
Evocación de la tragedia de El Oro de Serafín J. García.
Romance de Dionisio Díaz de Serafín J. García.
Pequeño Dionisio – Programa Multimedios de Apoyo a las Escuelas Rurales Nº 37.
El pequeño héroe del Arroyo de El Oro. José Flores Sánches (Pedro de Santillana).
Suplemento completo de el diario “El País” del 9 de mayo de 1979.
Revista Charoná, del 31 de mayo de 1972.
Exaltación del Niño héroe. Publicación del diario “El Día”.
Publicaciones del Dr. Pedro Freire.
El último testigo del Arroyo de El Oro Diario El País (mayo de 1979).
Mi Patria. Libro de Lectura para 5º y 6º año para las Escuelas Primarias por Roberto Abadie Soriano (autorizado con fecha 9 de mayo de 1980).
Sr. Presidente de la Junta Local de Carmelo:
Nuestro grupo ESPOSAS DE ROTARIOS de Carmelo, conjuntamente con la Intendencia Municipal nos hallamos abocadas hace tiempo a la instrumentación de una Plaza Pública en la zona Lomas de Carmelo.
Este espacio verde tan necesario, tanto física como emocionalmente para los vecinos y especialmente para los niños que allí viven.
Ya se realizó la plantación de árboles y arbustos por parte de los vecinos y nosotras mismas.
Estamos haciendo reparar con mucho sacrificio y esfuerzo algunos juegos que se hallaban en el predio contiguo al Casino (Propiedad de Esposas de Rotarios).
Todo ello sumado a los bancos y focos de luz que colocaremos harán que el lugar quede muy bonito: para chicos y grandes.
Tenemos previsto inaugurar y entregar la obra el próximo 6 de enero Día de Reyes.
Pensamos en darle un nombre, el cual fue elegido por unanimidad y corresponde al “Héroe oriental Dionisio Díaz”.
Tal vez resulte sorprendente para algunos si desconocen la historia. Este nombre corresponde a un niño uruguayo, humilde, golpeado por la vida a tal punto que lo llevó al encuentro de su muerte; por salvar la vida de su hermana. Esta fue una hazaña que lo inmortalizó. (Adjuntamos biografía).
Creemos que todos los niños deberían verse representados con la actitud y comportamiento de este valiente niño; capaz de dar su propia vida por los demás.
Esperamos que la solicitud del nombre que hoy elevamos sea atendida y puesta a consideración de quien competa (Sres. Ediles, Sr. Intendente, etc.).
Desde ya quedamos muy agradecidas y a la espera de una pronta y positiva respuesta.
Le saludan atentamente por ESPOSAS DE ROTARIOS DE CARMELO: LUCY MARR DE COPPOLA, Presidente – GLORIA PARENTELLI DE AQUINO, Secretaria.
Este espacio verde tan necesario, tanto física como emocionalmente para los vecinos y especialmente para los niños que allí viven.
Ya se realizó la plantación de árboles y arbustos por parte de los vecinos y nosotras mismas.
Estamos haciendo reparar con mucho sacrificio y esfuerzo algunos juegos que se hallaban en el predio contiguo al Casino (Propiedad de Esposas de Rotarios).
Todo ello sumado a los bancos y focos de luz que colocaremos harán que el lugar quede muy bonito: para chicos y grandes.
Tenemos previsto inaugurar y entregar la obra el próximo 6 de enero Día de Reyes.
Pensamos en darle un nombre, el cual fue elegido por unanimidad y corresponde al “Héroe oriental Dionisio Díaz”.
Tal vez resulte sorprendente para algunos si desconocen la historia. Este nombre corresponde a un niño uruguayo, humilde, golpeado por la vida a tal punto que lo llevó al encuentro de su muerte; por salvar la vida de su hermana. Esta fue una hazaña que lo inmortalizó. (Adjuntamos biografía).
Creemos que todos los niños deberían verse representados con la actitud y comportamiento de este valiente niño; capaz de dar su propia vida por los demás.
Esperamos que la solicitud del nombre que hoy elevamos sea atendida y puesta a consideración de quien competa (Sres. Ediles, Sr. Intendente, etc.).
Desde ya quedamos muy agradecidas y a la espera de una pronta y positiva respuesta.
Le saludan atentamente por ESPOSAS DE ROTARIOS DE CARMELO: LUCY MARR DE COPPOLA, Presidente – GLORIA PARENTELLI DE AQUINO, Secretaria.
LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE COLONIA
ACUERDA Y DECRETA:
Artículo 1º. DESIGNASE con el nombre de DIONISIO DIAZ a la Plaza Pública ubicada en la zona Lomas de Carmelo.
Artículo 2º. Comuníquese e insértese en el Libro de Decretos de la Junta Departamental.
Sala de Sesiones de la Junta Departamental a uno de setiembre de dos mil.
CLAUDIA MACIEL, Presidente.
NELSON OYOLA, Pro Secretario.
Publicado Diario Oficial Nº 26.745 de 11/05/2005.