Colonia, 16 de octubre de 2012.
Sr. Presidente de la Junta Departamental
Prof. José Luis González
Presente.
De nuestra consideración:
Los abajo firmantes, integrantes de la Comisión de Cultura, Deportes y Juventud, nos dirigimos a Usted a fin de presentar la exposición de motivos, plano de ubicación y proyecto de decreto tendiente a designar una calle innominada de Nueva Helvecia, con el nombre de Prof. ROBERTO CACCIATORI.
Sin otro particular, saludan atte., HÉCTOR LECOR, VÍCTOR MARTÍNEZ, BETTINA ARMAND PILÓN, MARITA GONZÁLEZ, MÓNICA RIVERO, MIGUEL SILVA.
Exposición de motivos
Prof. Roberto B. Cacciatori
Nació en Fray Bentos el 10 de junio de 1933 y su deceso se produjo por un infarto el 27 de junio de 1976 con 43 años.
Era el segundo de tres hermanos; su padre, don Antonio, hijo de Italianos; su madre, doña Isabel, criolla; gente buena, trabajadora, muy sencilla y unida.
La familia lo llamaba “Bocha”; aquí lo bautizaron “Cacha”.
Para sus padres y hermanos, “El Bocha” era el orgullo porque había estudiado. Los querían a todos igual, pero él estaba lejos, así que cuando iba a Fray Bentos, era una gran alegría para la familia y para los amigos, del barrio “Unión”, del Club “18 de Julio”, donde siempre jugó al fútbol de “5” o de “9”, y lo hacía muy bien, destacándose luego, muy joven, en la Selección de Rio Negro en el Litoral.
Llegó a Nueva Helvecia a mediados de marzo de 1955 con su flamante título de Profesor de Educación Física y de Masajista Profesional, éste último expedido por el Ministerio de Salud Pública. Le ofrecieron tres lugares para elegir su residencia, entre ellos la colonia rusa San Javier, y Nueva Helvecia, que la conoció por el mapa; vi que tenía buena locomoción para su Fray Bentos querido: la ONDA.
De inmediato comenzó su trabajo en la Plaza de Deportes, en el Liceo y en las Escuelas de Primaria junto a su compañera de estudios Prof. Nelly Gabarrot bajo la Dirección del Prof. Roberto Rosso.
Cuando se retiró el Director Prof. Roberto Rosso, lo nombraron a él en ese cargo. Desde ese momento tuvo un sueño: enseñar natación en forma honoraria. Finalmente logró llevar a un grupo de niños al Parque “José Pedro Varela”, porque aún no había piscina en Nueva Helvecia. Realmente fue hermoso ver con qué entusiasmo respondieron, casi todos chicos humildes que aprendieron a nadar con él. Los padres estaban más que agradecidos.
Desde que llegó se vinculó con el Club A. Plaza, donde se sintió como en su casa. Ya tenía muchos amigos y comenzó a jugar al fútbol en dicho Club. Era Preparador Físico y también ejercía esa tarea con el equipo femenino de Vóleibol.
En cuanto a su tarea como Masajista, tenía pacientes enviados por los médicos de la zona y otros particulares durante años.
El Club Nacional lo contrató como Preparador Físico de Fútbol en todas las divisiones (mayores y formativas) y en esa tarea siguió durante muchos años, junto a prestigiosos Directores Técnicos y jugadores que hicieron parte importante de la historia del fútbol neohelvético.
También integró el Cuerpo Técnico de Selecciones de Colonia en el Litoral, junto al Director Técnico don Gilberto Vila.
Muchas veces quedó a cargo de la Dirección Técnica de Nacional y ese fatídico domingo 27 de junio, estaban disputando un partido ante Larrañaga que quedó inconcluso.
Cuando Nacional logró la construcción de la piscina, desde un principio confiaron en él y fue tal vez el mejor momento de su carrera. Se trabajó mucho, era una gran familia con entusiasmo y alegría. Trabajaban cómodamente con una buena Comisión Directiva, todos se llevaban bien: piscineros, cuidadores de baños, etc.
Tenía anotados muchos niños, desde los más pequeños de seis o siete años, hasta los mayores, sobre todo del equipo femenino.
Fue la época más feliz, aunque ya no pudo tomarse vacaciones.
Y con todos esos trabajos, Roberto iba adquiriendo terrenos linderos a su casa y hacía huerta, plantación de frutales —cuya producción no alcanzó a ver— dirigido por otro entrañable amigo, que midió e hizo los pozos para una correcta plantación.
También tenía un gallinero y producía pollos, pero como nosotros los habíamos criado, no se los quería comer y los vendía a un comerciante.
Pero hay mucho más.
Roberto Cacciatori fue un gran hombre, con sus imperfecciones como todos, pero de una humanidad como pocos. Un gigante con un corazón tan bondadoso, que resultaba débil. Un titán con un físico privilegiado, que nadie podía suponer que justo iba a ceder por lo mejor y más grande que tenía su corazón.
“Cacha” era un hombre tímido, de bajo perfil, que no le gustaba ser figura en ningún ámbito Cuando llegaba a las aulas escolares a “rescatar” a los alumnos para las clases de “Gimnasia” y era aclamado por sus chicos que lo adoraban, respondía con una sonrisa amplia, cálida, que era una ventana a su alma pura.
Entre sus mayores cualidades se cuentan su humildad, su inmensa bondad, su amor a los niños, y en especial, por los niños más pobres.
Por eso tenía un cuidado muy especial por ser Justo, jamás realizaba discriminación alguna, de ningún tipo. En una actividad de tanta sensibilidad para los niños y los adolescentes, como lo es la competencia deportiva, que puede causar traumas para toda la vida, “Cacha” era un modelo de equilibrio, de justicia en cada decisión. Y si alguna vez tenía que tomar una determinación entre alumnos en igualdad de condiciones físicas y técnicas, se inclinaba por el más débil, el más vulnerable, el más necesitado de atención, seguro de que el otro se recuperaría con más facilidad de esa circunstancial postergación.
Fue además un bohemio, que disfrutaba mucho del tiempo con sus amigos, compartiendo un mostrador. Un amigo entrañable, que tenía tantos amigos y lo querían de tal manera, que siempre les quedaba a los demás “gusto a poco”, ganas de estar más tiempo con él, de compartirlo menos.
Las ironías de la vida, el 28 de junio, el día de su sepelio llegó un jerarca del Consejo de Educación Física a anunciarle que lo habían designado Inspector Regional. Era un reconocimiento a su trayectoria docente, a su carrera, a su prestigio como educador. Él quizás no lo hubiera disfrutado, porque lo suyo era el contacto con los chicos, el darse por entero en cada actividad. Pero hubiera sido un merecido premio.
DECRETO Nº 009/2013
LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE COLONIA
DECRETA:
Artículo 1º. DESIGNAR con el nombre de Profesor Roberto B. Cacciatori a la calle innominada de la ciudad de Nueva Helvecia ubicada en la manzana Nº 98, que nace en la Avda. José Batlle y Ordóñez y es primera paralela a calle Suiza hacia el noreste, de acuerdo al plano que luce a fs. 5 del Expediente Nº 182/2012 de la Corporación (13/2012/685 de la Intendencia de Colonia).
Artículo 2º. Dar cuenta, e insertar en el Registro Informático de la Junta Departamental.
Sala de Sesiones de la Junta Departamental de Colonia a los ocho días del mes de febrero de dos mil trece.
Prof. JOSÉ LUIS GONZÁLEZ, Presidente.
NELSON OYOLA, Secretario General.
Publicado Diario Oficial Nº 28.680 de 19/03/2013