Colonia, marzo de 1991.
 
Sr. Presidente de la Junta Departamental de Colonia
Esc. NESTOR ODRIOZOLA
PRESENTE.
 
De nuestra mayor consideración:
Coincidiendo con una sugerencia de un grupo de vecinos entre los cuales se encuentran: Sr. Héctor E. Fontans, Enrique Sellanes Alvarez, Luis Alberto Montans Rodríguez y José Luis Figueroa Mesías, que avalen con su firma y documento al pie de ésta, es que le presento esta solicitud: me complace el tomar vuestra atención junto a los Sres. Ediles de esta Junta, para efectuar un homenaje póstumo a una personalidad que acompañó por más de 40 años el trajinar de nuestra ciudad y campaña. Esta persona fue Cura Vicario, párroco de nuestra Iglesia de Colonia, por más de 40 años, habiendo tomado la administración de todo lo que configuraba en ese entonces los límites jurisdiccionales de esta parroquia.
En tal sentido desde su juventud, recorrió varias zonas de este departamento, habiendo cubierto hasta San Luis con periódicos idas y venidas a oficiar actos religiosos, cuando aún Tarariras no estaba creada, llegando incluso hasta Miguelete, a caballo o en charrets que lo venían a buscar los vecinos.
Este Cura vino muy joven a esta parroquia desde la Madre Patria y luego lo acompañaron hasta su muerte dos de sus hermanas que luego volvieron a Madrid y recuerdan en sus misivas su estadía en nuestra ciudad de Colonia del Sacramento junto a su hermano José María Barredo.
40 años significan un servicio a esta comunidad toda de Colonia, pero como lo declaran los que tuvieron la satisfacción de tratarlo, fue un criollo, casi un gaucho, que amó lo nuestro y cumplió su misión vocacional, que él había elegido desde su Patria, España, en bien de los pobres que fue uno de sus mayores desvelos.
Hoy sus restos descansan en nuestro templo parroquial junto al altar mayor, como presidiendo una vez más nuestro accionar cristiano que él tantas veces ayudó a tantos que hoy en esta sala pueden ser retoños de esas aguas derramadas sobre sus cabezas o en casamientos.
La ocasión es propicia para este homenaje a este español por tratarse el próximo año los 500 años de la
venida desde esa Madre Patria de los descubridores, adelantados y conquistadores que trajeron su cruz de paz y amor.
Pido como sugerencia de elección el pasaje que tantas ocasiones habrá transitado el Padre José María Barredo desde la Iglesia parroquial hasta la esquina que es hoy la Posada del Gobernador, esa diagonal que por supuesto no tiene nombre, sea puesto en su nombre.
Como dato biográfico: su muerte en Colonia el 4 de diciembre de 1959.
 
DATOS EXTRACTADOS DEL EDITORIAL DE LA COLONIA DE DICIEMBRE DE 1959.
Llegó siendo muy joven al Uruguay, habiéndose recibido en el Seminario de Montevideo, siendo nombrado Teniente Cura en la Aguada en Montevideo, luego en Sta. Rosa en Artigas y finalmente el 8 de febrero de 1920 como Cura Párroco de Colonia del Sacramento hasta su muerte.
Fue una destacadísima personalidad de cultura humanista de nuestro medio, cuya actuación fue más allá de las actividades y vínculos religiosos; así del hombre, del vecino, del amigo, en virtud de sus dotes personales vinculado a los distintos círculos.
Se distinguió no sólo por la investidura del cargo y con la prestación con que lo ejerciera sino que se le
reconoció a justo título como autoridad respetada en Colonia. 
Profundo sentimiento de pesar entre los Católicos de esta zona y el vecindario en general. Colaborador y dilecto amigo del periódico La Colonia.
Profundo benemérito, el F. Barredo estaba consustanciado con el pueblo vivo de Colonia y vivía con él y para él. Sus manos consagradas se elevaron 4 décadas sobre los hijos de esta ciudad bendiciendo y administrando Sacramentos, extendiéndose generosas ante el necesitado y afectuosas para sus amigos que lo fueron todos cuanto a él se aproximaron.
Su verbo florido nos llenaba de esperanza, es que insensiblemente nos arrastraba la atracción de su espíritu fuerte. Las generaciones de creyentes de la parroquia del Smo. Sacramento al sucederse unas a otras trasmitirán a la más remota posteridad el nombre y las virtudes del claro talento del Reverendo Padre José María Barredo. Así lo promete esta misma grande y solemne reunión en este cementerio al guardar sus restos.
No hay acontecimiento al que no hay adherido sus oraciones de sacerdote; no hay dolor que no le haya acongojado, ni alegría que no le haya dado satisfacción porque estaba consustanciado con este pueblo de Colonia.
Por lo expuesto Sr. Presidente, le solicito que pase a la Repartición correspondiente para su estudio.
Agradeciendo su atención saludan a Ud. atte.. VICTOR BOUVIER, Edil Suplente – ENRIQUE SELLANES ALVAREZ – HECTOR EULOGIO FONTANS – JOSE LUIS FIGUEROA MESIAS – LUIS ALBERTO MONTANS RODRIGUEZ.
 
LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE COLONIA
ACUERDA Y DECRETA:
 
Articulo 1ºDesígnase con el nombre de Presbítero JOSE MARIA BARREDO el pasaje peatonal que cruza la Plazoleta contigua a la Iglesia Parroquial de Colonia.
Artículo 2°. Autorízase al Consejo Ejecutivo Honorario de la Obras de Preservación y Reconstrucción de la Antigua Colonia del Sacramento la confección y colocación de la o las placas a ubicarse en la citada diagonal de la Plazoleta Manuel Lobo.
Articulo 3º. Comuníquese e insértese en el Libro de Decretos de la Junta Departamental.
 
SALA DE SESIONES de la Junta Departamental, a veintinueve de diciembre de mil novecientos noventa y dos.
 
NÉSTOR DEMARÍA, Presidente. 
 
GLADYS MARTÍNEZ, Secretaria General.
 

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